Anoche, un desmoralizante visionado de La boda de mi novia (¿a qué viene ese título si no es su novia?) me dio mucho que pensar. La existencia de un patrón manido hasta el hartazgo se hace tangible en la comedia romántica hasta límites difíciles de creer fuera de un universo paródico. La boda de mi novia supera todo lo visto hasta ahora. La mayoría de comedias románticas de hoy, tanto las buenas (dos) como las malas (tres mil ochocientas veinticinco) incurren en algunos de los tópicos fácilmente reconocibles del género, esos lugares comunes que nos hacen estar seguros de a qué género nos estamos enfrentando. Pero sólo a unos pocos. La boda de mi novia, en cambio, pasará a la Historia por ser la primera comedia romántica que los aglutina todos en la misma historia, sin ningún tipo de vergüenza. Así pues, a partir de la horrorosa, ultraprevisible y vergonzosa La boda de mi novia (en realidad, cualquier otra vale) se puede establecer un catálogo que yo llamaría 14 SENCILLOS PASOS PARA SER EL PERFECTO PROTAGONISTA DE UNA COMEDIA ROMÁNTICA. Una vez hayáis activado en el vídeo de abajo la banda sonora que os acompañará a lo largo de la lectura, podemos empezar. Vamos allá.
1) Escoge un buen título para la que será tu aventura más inolvidable. Usa cualquier combinación de las palabras “novio/a”, “boda”, “amigo/a” o “madre/padre”, articuladas sobre un determinante posesivo.
2) Has de ser ridículamente guapo, imposiblemente apuesto y con el aspecto de haber sido cuidadosamente despeinado y semiafeitado por un regimiento de estilistas. Quieres que todos los acontecimientos de tu romántica pero despreocupada aventura se desarrollen como lo harían si tú fueras el protagonista, ¿verdad? Fíjate en Patrick Dempsey.
3) Elige cuidadosamente el mundo que te rodea. Busca una ciudad chachi y un apartamento tan molón como tú mismo, pese a que tal vez tu trabajo no te lo permita, si es que tienes trabajo. Pero no te preocupes, si sigues estos pasos el dinero te saldrá injustificadamente de debajo de las piedras por ser un protagonista tan guay. Y lo mejor de todo es que esto es aplicable también a tu armario grotescamente grande y abarrotado de trajes caros. En cuanto a amistades, sondea cuidadosamente el aspecto físico de tus conocidos. Todos han de poder ser etiquetados dentro de la categoría de «guapo» o de «mono», pero ¡cuidado! Nunca más que tú. Ellos, al contrario que tú, deben dar la impresión a hipotéticas personas omniscientes que observan tus amables peripecias que si quieren ser considerados guapos debe ser por méritos propios y sin ayuda de la pléyade de peluqueros que, afortunadamente, tú si tienes. En cuanto a amistades femeninas, con una hay bastante. No necesitamos ninguna aparte de la que va a dar pie a nuestra previsible historia de amor. Y en lo que se refiere a personas feas, vétales la entrada en tu mundo si no es para servir de alivio cómico, fuente de burlas o medio para alcanzar los esquivos sesenta minutos necesarios para que tu aventura merezca la categoría de largometraje.

4) Moldea cuidadosamente tu carácter a partir de unas características que en otros menos guapos serían consideradas odiosas, añadiéndoles un toque de picaresca y casual despreocupación. ¿Cómo te verán los demás, en especial las mujeres que pasan por tu cama, que por supuesto serán muchas? Has de ser incorregible, pero no demasiado. Compensa la evidente inmadurez de tu comportamiento y el desprecio a los sentimientos de las mujeres con divertidos encogimientos de hombro y una capa de humor irónico. Esto es, humor de cualquier categoría que puedas alcanzar pero con la sonrisa ligeramente torcida. No te preocupes por el efecto de la sonrisa torcida, eres guapo. Por lo pronto, no apliques tus solapadamente misóginos modales a tu única amiga hembra. Las claves al respecto están en el paso 5.
5) Cuando no sea el momento adecuado, enamórate sin razón ni motivo alguno de tu Amiga Hembra de Toda la Vida. Como ya habrás deducido por su nombre, primero habrás de labrarte con ella (y durante años) una sólida amistad cuidadosamente concebida y ejecutada para dar la apariencia de una relación que nunca pasará de una sana complicidad. Así los espectadores de tu aventura tendrán más posibilidades de adivinar lo que pasará después y no se sentirán estúpidos y asustados por algo que no pueden predecir.
6) Cuéntales tus recién descubiertos sentimientos a tus amigos. Si los elegiste bien, su reacción estará a medio camino entre la total incomprensión masculina ante cualquier tipo de sentimiento y el miedo a volverse gays con tan sólo oírte. Rápido, es el momento de jugar junto a ellos un viril partido de baloncesto para que los remilgos femeninos no se apoderen de vosotros.
7) Toma la decisión de confesarle tus sentimientos a tu Amiga Hembra sólo cuando todo apunte a que haya encontrado un novio prometedor. Por ejemplo, tras su vuelta de un país lejano en el que haya pasado algunos meses (tiempo más que suficiente para que su exotismo foráneo haya podido hacer mella en algún habitante apetecible de la zona). Si tu Amiga Hembra y su nuevo novio extranjero te anuncian que se van a casar en breve, ¡bravo por ti! No podías haber escogido un momento más adecuado para darte cuenta de lo que sientes (y callártelo por ahora).
8) Muéstrate dolido en privado. Como no eres un gran actor, ni tienes que serlo, aquí van las claves para resultar creíble fácilmente. Prepara un ambiente musical adecuado. Una sentida balada popera es lo más apropiado. Déjate caer pesadamente en tu cama de soltero, y cuando la balada de señales de alcanzar su crescendo, ponte las manos en las sienes como si esto te ayudara a pensar y luego tápate la cara con ellas, suspirando profundamente. La música hará el resto. Una variante es mirar hacia la ventana, aunque tu Amiga Hembra no esté necesariamente ahí fuera flotando.

9) Ahora deja que los acontecimientos sigan su curso. Si seguiste correctamente las directrices sobre amistad dadas en el paso 5, es cuestión de tiempo que tu Amiga Hembra te asombre con la irónica noticia de que, como Amigo Macho de Toda la Vida, desempeñarás un papel primordial en la boda… Como dama de honor, por ejemplo, así tu masculinidad se verá cómicamente cuestionada (pero no demasiado) con el fin de que los pocos espectadores masculinos de tu aventura te vean equivocadamente como un igual con el que poder ir de copas en lugar de sentir envidia de tu evidente superioridad física y, por lo tanto, moral.
10) Añade un poco más de credibilidad a tu miseria para todos los públicos mostrándote ligeramente torpe ante las asombrosas habilidades del novio de tu Amiga Hembra. Demostrando ahora lo frustrantemente perfecto que resulta ser todo lo referente a tu rival, será más fácil que luego llamen la atención los aspectos terribles de su mundo que antes habían permanecido inexplicablemente ocultos (ver paso 11). NOTA: Entre la lista de cosas maravillosas de tu rival DEBE figurar un magnífico y gigantesco pene, fuente garantizada de humor. Si no lo tiene, da igual, el público jamás lo verá, pero tu gesto de asombro y tus desorbitados ojos dirigidos a su desnuda entrepierna en los vestuarios del gimnasio al que le has invitado a jugar un partido de baloncesto harán pensar a nuestros espectadores lo adecuado.
11) Momento de confesión de sentimientos Número 1. Suponemos acertadamente que la ceremonia de la boda se desarrollará en el extraño mundo del novio de nuestra Amiga Hembra, guiándonos por nuestro conocimiento sobre la impulsividad y autoritarismo de los extranjeros. La multitud de celebraciones tradicionales previas a la ceremonia (la mayoría relacionadas con la fuerza bruta, recordemos que estamos en un país foráneo) es el momento adecuado para el primer round de la confesión, es decir, la confesión privada. Es el momento más adecuado porque mágicamente han empezado a surgir de la nada aspectos insoportables del mundo de su novio (la mayoría relacionada con las grotescas costumbres de su ridículo país) que te dan ventaja. Empieza con un beso en la boca, aprovechándote de la tolerancia femenina de la que no gozarías de ser un tipo de aspecto mediocre. Balbucea palabras estándar referentes a sentimientos; el resultado siempre será la huida precipitada de tu Amiga Hembra, hecha un mar de dudas.
12) Comprobando que tu Amiga Hembra no ande demasiado lejos, ponte a tiro de alguna atractiva invitada a la boda de tu misma nacionalidad (así te aseguras de que sea realmente atractiva a los ojos de cualquiera). Cuando se lance hacia ti con expeditivas intenciones sexuales, haz leves intentos de zafarte, que no basten para quitártela de encima pero sí para dar la equivocada impresión de que estás disfrutando. Procura emitir gritos de súplica innecesariamente audibles para atraer la atención de tu Amiga Hembra. Cuando te vea y salga huyendo indignada, ahora ya sí puedes hacer uso de tu omnipotente fuerza masculina para quitarte a la mujer atractiva de encima y salir corriendo tras tu verdadero objeto de interés amoroso.
13) Como la situación entre tu Amiga Hembra y tú no parece ir a arreglarse (no lo intentes demasiado), vete ante los ojos de todos, visiblemente dolido, el mismo día de la boda, para así dificultar las cosas a los demás. Coge un taxi o embauca a algún invitado extranjero para que te lleve en su coche. En un punto avanzado del viaje en coche al aeropuerto, ten algún tipo de revelación que te haga comprender que amas a tu Amiga Hembra y deseas arruinar su boda y la vida de su novio. No lo tengas antes de subir al coche, así puedes decir “¡da la vuelta!” y el conductor, seguramente en una situación económica delicada, malgastará gasolina inútilmente. Durante el viaje de vuelta, apremia al desdichado conductor para que conduzca más deprisa y luego sabotea de algún modo el coche, para justificar un apresurado cambio a un vehículo más ostentoso, como un caballo, con el que cabalgarás sin descanso hasta la iglesia. No ofrezcas ayuda al conductor, deja que mire perplejo cómo robas el caballo y abandónale en la carretera.
14) Momento de confesión de sentimientos Número 2. Irrumpe en la iglesia de un modo aparatoso, así serás el centro de atención. Grita algo si lo ves conveniente. Cuando tengas la atención de todo el mundo, confiesa histriónicamente tus sentimientos por tu Amiga Hembra. Combate su indecisión y perplejidad por la violencia del momento con alguna referencia a algo que dijo ella al principio de la historia. Aunque haya dicho millones de cosas más en el transcurso de estos meses, se acordará. Acto seguido, y sin preocuparte de las vidas que puedas hundir, bésala apasionadamente, y sal con ella por la puerta de la iglesia rodeada de vítores (soborna a los pocos que consideren tu actitud una vil muestra de mezquindad y desconsideración hacia las personas y no quieran vitorearte).
Bonus) Convence a una respetada figura del mundo del cine propensa a morir en breve para que desempeñe alguna labor interpretativa en tu peripecia. De este modo y con un poco de suerte, tu lamentable historia brillará sobre el resto de su hasta ahora intachable carrera y será recordada como su testamento cinematográfico.
Si has seguido estos pasos concienzudamente, ¡enhorabuena! Eres el protagonista de una amable y despreocupada comedia romántica al estilo del siglo XXI y te has dado cuenta de lo deleznable, horrorosa y atroz que llega a ser La boda de mi novia sin tan siquiera haberla visto.

Anoche, un desmoralizante visionado de LA BODA DE MI NOVIA (¿a qué viene ese título si no es su novia?) me dio mucho que pensar. La existencia de un patrón manido hasta el hartazgo se hace tangible en la comedia romántica hasta límites difíciles de creer fuera de un universo paródico. Así pues, a partir de la horrorosa, ultraprevisible y vergonzosa LA BODA DE MI NOVIA (en realidad, cualquier otra vale) se puede establecer un catálogo que yo llamaría 14 SENCILLOS PASOS PARA SER EL PROTAGONISTA DE UNA COMEDIA ROMÁNTICA. Vamos allá:
1) Escoge un buen título para la que será tu aventura más inolvidable. Usa cualquier combinación de las palabras “novio/a”, “boda”, “amigo/a” o “madre/padre”, articuladas sobre un determinante posesivo.
2) Has de ser ridículamente guapo, imposiblemente apuesto y con el aspecto de haber sido cuidadosamente despeinado y semiafeitado por un regimiento de estilistas. Quieres que todos los acontecimientos de tu romántica pero despreocupada aventura se desarrollen como lo harían si tú fueras el protagonista, ¿verdad? Fíjate en Patrick Dempsey.
3) Elige cuidadosamente el mundo que te rodea. Busca una ciudad chachi y un apartamento tan molón como tú mismo, pese a que tal vez tu trabajo no te lo permita, si es que tienes trabajo. Pero no te preocupes, si sigues estos pasos el dinero te saldrá injustificadamente de debajo de las piedras por ser un protagonista tan guay. Y lo mejor de todo es que esto es aplicable también a tu armario grotescamente grande y abarrotado de trajes caros. En cuanto a amistades, sondea cuidadosamente el aspecto físico de tus conocidos. Todos han de poder ser etiquetados dentro de la categoría de «guapo» o de «mono», pero ¡cuidado! Nunca más que tú. Ellos, al contrario que tú, deben dar la impresión a hipotéticas personas omniscientes que observan tus amables peripecias que si quieren ser considerados guapos debe ser por méritos propios y sin ayuda de la pléyade de peluqueros que, afortunadamente, tú si tienes. En cuanto a amistades femeninas, con una hay bastante. No necesitamos ninguna aparte de la que va a dar pie a nuestra previsible historia de amor. Y en lo que se refiere a personas feas, vétales la entrada en tu mundo si no es para servir de alivio cómico, fuente de burlas o medio para alcanzar los esquivos sesenta minutos necesarios para que tu aventura merezca la categoría de largometraje.
4) Moldea cuidadosamente tu carácter a partir de unas características que en otros menos guapos serían consideradas odiosas, añadiéndoles un toque de picaresca y casual despreocupación. ¿Cómo te verán los demás, en especial las mujeres que pasan por tu cama, que por supuesto serán muchas? Has de ser incorregible, pero no demasiado. Compensa la evidente inmadurez de tu comportamiento y el desprecio a los sentimientos de las mujeres con divertidos encogimientos de hombro y una capa de humor irónico. Esto es, humor de cualquier categoría que puedas alcanzar pero con la sonrisa ligeramente torcida. No te preocupes por el efecto de la sonrisa torcida, eres guapo. Por lo pronto, no apliques tus solapadamente misóginos modales a tu única amiga hembra. Las claves al respecto están en el paso 5.
5) Cuando no sea el momento adecuado, enamórate sin razón ni motivo alguno de tu Amiga Hembra de Toda la Vida. Como ya habrás deducido por su nombre, primero habrás de labrarte con ella (y durante años) una sólida amistad cuidadosamente concebida y ejecutada para dar la apariencia de una relación que nunca pasará de una sana complicidad. Así los espectadores de tu aventura tendrán más posibilidades de adivinar lo que pasará después y no se sentirán estúpidos y asustados por algo que no pueden predecir.
6) Cuéntales tus recién descubiertos sentimientos a tus amigos. Si los elegiste bien, su reacción estará a medio camino entre la total incomprensión masculina ante cualquier tipo de sentimiento y el miedo a volverse gays con tan sólo oírte. Rápido, es el momento de jugar junto a ellos un viril partido de baloncesto para que los remilgos femeninos no se apoderen de vosotros.
7) Toma la decisión de confesarle tus sentimientos a tu Amiga Hembra sólo cuando todo apunte a que haya encontrado un novio prometedor. Por ejemplo, tras su vuelta de un país lejano en el que haya pasado algunos meses (tiempo más que suficiente para que su exotismo foráneo haya podido hacer mella en algún habitante apetecible de la zona). Si tu Amiga Hembra y su nuevo novio extranjero te anuncian que se van a casar en breve, ¡bravo por ti! No podías haber escogido un momento más adecuado para darte cuenta de lo que sientes (y callártelo por ahora).
8) Muéstrate dolido en privado. Como no eres un gran actor, ni tienes que serlo, aquí van las claves para resultar creíble fácilmente. Prepara un ambiente musical adecuado. Una sentida balada popera es lo más apropiado. Déjate caer pesadamente en tu cama de soltero, y cuando la balada de señales de alcanzar su crescendo, ponte las manos en las sienes como si esto te ayudara a pensar y luego tápate la cara con ellas, suspirando profundamente. La música hará el resto. Una variante es mirar hacia la ventana, aunque tu Amiga Hembra no esté necesariamente ahí fuera flotando.
9) Ahora deja que los acontecimientos sigan su curso. Si seguiste correctamente las directrices sobre amistad dadas en el paso 5, es cuestión de tiempo que tu Amiga Hembra te asombre con la irónica noticia de que, como Amigo Macho de Toda la Vida, desempeñarás un papel primordial en la boda… Como dama de honor, por ejemplo, así tu masculinidad se verá cómicamente cuestionada (pero no demasiado) con el fin de que los pocos espectadores masculinos de tu aventura te vean equivocadamente como un igual con el que poder ir de copas en lugar de sentir envidia de tu evidente superioridad física y, por lo tanto, moral.
10) Añade un poco más de credibilidad a tu miseria para todos los públicos mostrándote ligeramente torpe ante las asombrosas habilidades del novio de tu Amiga Hembra. Demostrando ahora lo frustrantemente perfecto que resulta ser todo lo referente a tu rival, será más fácil que luego llamen la atención los aspectos terribles de su mundo que antes habían permanecido inexplicablemente ocultos (ver paso 11). NOTA: Entre la lista de cosas maravillosas de tu rival DEBE figurar un magnífico y gigantesco pene, fuente garantizada de humor. Si no lo tiene, da igual, el público jamás lo verá, pero tu gesto de asombro y tus desorbitados ojos dirigidos a su desnuda entrepierna en los vestuarios del gimnasio al que le has invitado a jugar un partido de baloncesto harán pensar a nuestros espectadores lo adecuado.
11) Momento de confesión de sentimientos Número 1. Suponemos acertadamente que la ceremonia de la boda se desarrollará en el extraño mundo del novio de nuestra Amiga Hembra, guiándonos por nuestro conocimiento sobre la impulsividad y autoritarismo de los extranjeros. La multitud de celebraciones tradicionales previas a la ceremonia (la mayoría relacionadas con la fuerza bruta, recordemos que estamos en un país foráneo) es el momento adecuado para el primer round de la confesión, es decir, la confesión privada. Es el momento más adecuado porque mágicamente han empezado a surgir de la nada aspectos insoportables del mundo de su novio (la mayoría relacionada con las grotescas costumbres de su ridículo país) que te dan ventaja. Empieza con un beso en la boca, aprovechándote de la tolerancia femenina de la que no gozarías de ser un tipo de aspecto mediocre. Balbucea palabras estándar referentes a sentimientos; el resultado siempre será la huida precipitada de tu Amiga Hembra, hecha un mar de dudas.
12) Comprobando que tu Amiga Hembra no ande demasiado lejos, ponte a tiro de alguna atractiva invitada a la boda de tu misma nacionalidad (así te aseguras de que sea realmente atractiva a los ojos de cualquiera). Cuando se lance hacia ti con expeditivas intenciones sexuales, haz leves intentos de zafarte, que no sean suficientes para quitártela de encima pero sí para dar la equivocada impresión de que estás disfrutando. Procura emitir innecesariamente audibles gritos de súplica para atraer la atención de tu Amiga Hembra. Cuando te vea y salga huyendo indignada, ahora ya sí puedes hacer uso de tu omnipotente fuerza masculina para quitarte a la mujer atractiva de encima y salir corriendo tras tu verdadero objeto de interés amoroso.
13) Como la situación entre tu Amiga Hembra y tú no parece ir a arreglarse (no lo intentes demasiado), vete ante los ojos de todos, visiblemente dolido, el mismo día de la boda, para así dificultar las cosas a los demás. Coge un taxi o embauca a algún invitado extranjero para que te lleve en su coche. En un punto avanzado del viaje en coche al aeropuerto ten algún tipo de revelación que te haga comprender que amas a tu Amiga Hembra y deseas arruinar su boda y la vida de su novio. No lo tengas antes de subir al coche, así puedes decir “¡da la vuelta!” y el conductor, seguramente en una situación económica delicada, malgastará gasolina inútilmente. Durante el viaje de vuelta, apremia al desdichado conductor para que conduzca más deprisa y luego sabotea de algún modo el coche, para justificar un apresurado cambio a un vehículo más ostentoso, como un caballo, con el que cabalgarás sin descanso hasta la iglesia. No ofrezcas ayuda al conductor, deja que mire perplejo cómo robas el caballo y abandónale en la carretera.
14) Momento de confesión de sentimientos Número 2. Irrumpe en la iglesia de un modo aparatoso, así serás el centro de atención. Grita algo si lo ves conveniente. Cuando tengas la atención de todo el mundo, confiesa histriónicamente tus sentimientos por tu Amiga Hembra. Combate su indecisión y perplejidad por la violencia del momento con alguna referencia a algo que dijo ella al principio de la historia. Aunque haya dicho millones de cosas más en el transcurso de estos meses, se acordará. Acto seguido, y sin preocuparte de las vidas que puedas hundir, bésala apasionadamente, y sal con ella por la puerta de la iglesia rodeada de vítores (soborna a los pocos que consideren tu actitud una vil muestra de mezquindad y desconsideración hacia las personas y no quieran vitorearte).
Bonus) Convence a una respetada figura del mundo del cine propensa a morir en breve para que desempeñe alguna labor interpretativa en tu peripecia. De este modo y con un poco de suerte, tu lamentable historia brillará sobre el resto de su hasta ahora intachable carrera y será recordada como su testamento cinematográfico.
Si has seguido estos pasos concienzudamente, ¡enhorabuena! Eres el protagonista de una amable y despreocupada comedia romántica al estilo del siglo XXI.
Bueno, sin haber visto La boda de mi novia, ya no tenía ganas de verla.
Es cierto que todas las comedias románticas siguen los mismos cánones (no confundir con cañones, porque sino serían Piratas del Caribe) que parece que estén todas hechas a imagen y semejanza y escritas y dirigidas por el mismo tio que goza de una película de vida como director y guionista.
Esto es, por otro lado, el innegable pozo que existe en la Meca del cine y que aquí intentamos copiar alguna que otra vez (Dí que sí, se me ocurre) con un estrepitoso y decepcionante fracaso.
Por eso pienso que estas comedias solo triunfan si son yankis y supongo que por el gancho que suponen los actores como Hugh -solo curro cuando ya no me queda pasta- Grant, Sandra -hice Speed hace 15 años y aún estoy flipada- Bullock y una de las últimas apuntadas al carro de lo facilongo Sarah -me creo que con los Manolos soy fantástica en todo- Jessica Parker.
Aunque se reivindican y se requieren más Love Actuallys y/o comedias elaboradas y curradas con enredos, tramas y personajes con carisma, cada vez parece más imposible pedir esto, que es casi como aquello de las peras y el olmo.
Deberías pasar de La Proposición ;)
Que conste en acta que a mí me encanta Hugh Grant, creo que es un maestro en lo suyo. Y actualmente la persona que más odio del universo de la comedia romántica no es Sandra Bullock, que ya es decir, sino a esa cosa que salió del vientre de Goldie Hawn.
JUAS!
Creo que solo la vi en Casi famosos y aquella mediana La llave del mal.
Yo siempre adoro y adoraré a Rachel McAdams. Esa sí es una gran todoterreno.