Archivo de la categoría: The R Dubbing (doblaje, vaya)

Ese engaño que funciona

[Nota inicial: NO quiero que la conclusión que se saque de este texto sea el trilladísimo y facilón «que cada uno vea las películas como le guste». Eso ya lo sabemos todos y en cualquier caso NO ES LA PUTA CUESTIÓN. Conclusiones como ésas, sobre todo cuando no vienen al caso, lo único que hacen es anular la capacidad crítica del personal. Eso de dejar que cada uno haga lo que quiera y tratar de resolver todos los dilemas del planeta con tolerancia y nula conciencia crítica nos está llevando a todos a la ruina. ¿Queda claro? A LA RUINA. Una vez dicho esto, vamos al lío.]

El doblaje es un engaño que funciona. Es un engaño porque nos hace creer que un actor extranjero está hablando en nuestro propio idioma, y funciona por una mezcla de talento y casualidades. El talento es algo que no hace falta explicar, sin embargo las casualidades sí son más curiosas. La sincronización labial en el doblaje no es perfecta, porque para ser perfecta las palabras deberían coincidir al 100% y a eso se le llama versión original. Sin embargo, nuestro cerebro obra de una forma muy curiosa, y del mismo modo que podemos leer legiblemente un texto en el que todas las palabras tienen sus letras correspondientes, salvo la primera y la última, desordenadas; basta con que unas cuantas consonantes críticas (la B, la F y la mayoría de labiales y labiodentales) coincidan en la versión doblada con su equivalente en versión original para que nuestra percepción rellene el resto de los huecos y surja el milagro. A esto se suma nuestra tendencia a mirar el rostro de una persona centrando nuestra atención en los ojos en lugar de en la boca. Con esto me refiero a las casualidades; si no fuese por estas circunstancias sería difícil que el engaño del doblaje funcionase.

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We can dance (Everybody look at yer hands)

Prueba de ingenio: ¿Qué tienen en común estos vídeos?

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También son actores

Hace dos años, cuando ya había perdido toda esperanza, alguien tuvo la genial idea de editar en España La carrera del siglo en DVD. Dejé todo lo que tenía entre manos (grandes chistes de Mortadelo y Filemón me vienen a la mente) y corrí hacia la Fnac como un loco. Aquel día no, pero poco después disfruté de una de las películas que más veces he visto en mi vida, por primera vez en versión original. Fue una experiencia maravillosa; por primera vez pude deleitarme por completo del profesor Fate de Jack Lemmon, de Max, del gran Leslie y de Maggie DuBois. No es que antes el acceso a una copia en VO descargada por métodos fraudulentos no fuese viable, pero si os digo la verdad no me lo había planteado. Desde los ocho años viendo una y otra vez la película ésta doblada… Es normal, acabas por no plantearte algunas cosas obvias. Y bien, Roselló, supongo que tras ver la película DE VERDAD jamás volviste a poner esa infecta versión doblada, ¿no? Bueno, pues lo cierto es que volví a verla doblada muchas veces. Sí, la versión original fue gloriosa, pero la doblada es igualmente grande. No es una cuestión de costumbre, es una cuestión de calidad. El doblaje de La carrera del siglo cuenta con algunos de los mejores actores del momento y de la historia de la profesión, en unas interpretaciones pletóricas. ¿Por qué iba a querer dejar de disfrutar de su trabajo?

Durante los últimos cinco años he sido habitual del foro de eldoblaje.com, y desde que me registré allá por 2006 para sumarme a las condolencias por la prematura muerte de Concha García Valero (la maravillosa voz española de Courteney Cox) he madurado mucho en mi visión de la eterna discusión entre los defensores del doblaje y los de la versión original. Hablando claro: para disfrutar de una película en toda su plenitud hay que optar por la versión original sin subtitular. Sin embargo, hay algunos que tenemos otros intereses aparte de disfrutar de la película en sí, y para ello hay que sacrificar algunas cosillas. Nos gusta el doblaje. Nos gustan esos actores anónimos que desde detrás de un atril ponen su voz al servicio de las grandes estrellas. Pero hay quien no nos comprende. Los defensores de la versión original son tan respetables como el que más, pero lamentablemente muchos de ellos no se conforman con defender la versión original sin más, sino que se dedican a hundir la alternativa del doblaje y dejarla a la altura de la mierda, casi siempre con argumentos totalmente demenciales. Demenciales, pero que de tanto haberse repetido parecen verdades universales imposibles de cuestionar. Vamos a repasar estos errores. Amigos defensores de la versión original, no tengo nada en contra de vosotros. Os comprendo y estoy con vosotros (porque puedo estar en dos sitios), pero a los que escupen en el doblaje con razones como las siguientes… Bueno, a vosotros que os den.

Zí, nohotro vemo la coza doblá, poque zi no laj letra de andebajo la tenemo que leé.

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La prematura decadencia de Los Simpson (y su doblaje)

No hay que ser muy listo para saber que una frase como «Los Simpson ahora son una mierda, la cagaron con la voz nueva de Homer» es bastante estúpida. Resultaría cuanto menos sorprendente que el declive cualitativo de una serie norteamericana fuese consecuencia directa de un cambio en su doblaje español, en un país donde los episodios de estreno se emiten con dos años de retraso respecto a su emisión original. Pues el caso es que yo la he oido, incrédulo, en varias ocasiones. Tú, inteligente lector que te defines como tal desde el momento en el que entras en The R Lounge, puedes comentar con sensatez «sí, bueno, eso es una tontería, pero sí es verdad que el cambio de voz de Homer coincidió con el punto de inflexión a partir del cual la serie fue a peor». Mejor. Pero aún erróneo. Cierto es que Carlos Ysbert se ha comido el marrón de doblar a Homer en el momento más bajo de la serie, un bache que se está dilatando de forma preocupante, pero mentiríamos si dijésemos que la decadencia comenzó cuando él se subió al carro en la, a lo tonto, lejana temporada 12.

Llevo un tiempo repasando las temporadas 10 y 11 de la serie, las dos últimas dirigidas en español por Carlos Revilla, también voz de Homer. No sé si realmente lo serán, pero tengo la sensación de que éstas son las que menos frescas tengo. Tal vez porque de la 9 en adelante no están en mi estantería, tal vez también porque me da la sensación de que toda la etapa de Ysbert, en cambio, sí se repite incansablemente tanto en Antena 3 como sobre todo en Fox. Pues bien, estas dos temporadas, 10 y 11, conforman una etapa crepuscular de la serie, en la que la calidad comienza a bajar de forma alarmante, probablemente por culpa de las manazas de Mike Scully. En realidad la 11 ya es pura decadencia, pero claro, la voz de Revilla tira lo mismo que dos tetas (es decir, más que dos carretas), y nos cuesta admitir que esta temporada no es necesariamente mejor que la 12.

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El Rey León, en busca del doblaje perfecto

De un tiempo para acá el doblaje está un tanto de capa caída. Las versiones españolas electrizantes de mediados de los noventa e incluso de los primeros años de la presente década (sigue siendo “la presente década” hasta el 31 de diciembre, os pongáis como os pongáis) son cada vez algo más propio del pasado. ¿Razones? Por lo que tengo entendido, las películas (y no digamos ya las series) llegan a los estudios con cada vez menos margen previo al estreno, así que los actores no pueden llevarse a su casa los DVDs (o los laser discs) para estudiarlos con detenimiento y comenzar a adaptarse a los personajes, con lo que llegan a las grabaciones irremediablemente verdes. La paranoia antipiratería (que supongo que tiene algo que ver con lo que acabo de decir) ha llevado a las malvadas distribuidoras a enviar a los estudios de doblaje copias de las películas en las que toda la imagen, salvo las bocas, está cubierta por una máscara negra. He leído a muchos actores de doblaje comentar que para ellos, a la hora de doblar, es más indispensable mirar a los actores a los ojos que a la boca. Perdidos se dobla más o menos así: una semana antes de la emisión de un capítulo en España éste llega al estudio, y en ese tiempo ha de estar doblado satisfactoriamente, usando como referencias las bocas flotantes de Lapidus y otros personajes menos importantes. Si a Abraham Aguilar le fulmina un rayo mientras va al estudio y debe guardar cama una semana, no se le puede esperar. La voz de repuesto de Sayid ha de estar lista para hacer su trabajo y ya se cambiará para el DVD.  Este cúmulo de circunstancias da como resultado un doblaje competente pero carente de esa chispa de genialidad indescriptible que caracteriza a las mejores adaptaciones. A estas lacras hay que sumar oscuros tejemanejes en las distribuidoras, que por alguna razón han decidido que para Infiltrados lo mejor es prescindir de Luis Posada para doblar a Leo DiCaprio, rompiendo una asociación que se remonta a Titanic. Al encargado de dirigir el doblaje en cuestión más le vale aplaudir la decisión de la distribuidora si no quiere ser destituido, como le ha ocurrido a muchos que saben deletrear la palabra “integridad”. En el siguiente vídeo veréis lo que pasa cuando una distribuidora se niega a pagar los derechos de un doblaje para editar un DVD.

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Giggity, giggity, giggity; toma, toma, toma

Hablar de Padre de familia no es sólo acordarse de los flashbacks, las (a veces divertidas, a veces lamentables) referencias metidas con calzador, la absoluta falta de respeto ante la coherencia interna de la propia serie o las salidas de tono de Quagmire. O del maldito, cansino, trillado «zas, en toda la boca». Al menos para la gente que habla nuestro idioma. Si lo hacemos con justicia, hablar de Padre de familia significa obligatoriamente hablar de su doblaje. Un doblaje maravilloso que actualmente se alza como el mejor dentro del mundillo de las series de televisión, no sólo siendo una perfecta alternativa a su versión original, sino incluso superándola en algún caso. Tras este glorioso trabajo se encuentra Eduardo Gutiérrez, uno de los directores de doblaje más admirables, si no el que más, del panorama actual de tan denostada profesión (imposición franquista, irrespetuosa con la serie, bla, bla, bla). Para entender lo que digo, basta con conocer la trayectoria del susodicho y las molestias que se ha tomado en cada uno de sus trabajos para que los espectadores aficionados al doblaje no nos sintamos defraudados y nos encontremos siempre con unas cuantas agradables sorpresas.

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