Antes de nada, quiero pedir disculpas por no haber actualizado desde hace… Noooo, hombre, que era broma. No pido disculpas por nada. Además, ya sabemos qué es lo que sigue al “pido disculpas por no actualizar muy a menudo, en breve volveremos al ritmo habitual” (nótese el “volveremos” en plural, como para dar la impresión de que estamos ante una empresa seria y no un blog cutre). Estoy superocupado, leñe, no tengo que pedir disculpas. Y aunque no lo estuviera. En cualquier caso, para hoy tenía pensado algo ligerito, pero debí prever que una entrada centrada en dos de mis personajes favoritos del mundo de los dibujos animados no iba a salirme corta ni de coña. Así que aquí estamos, listos para un apasionante recorrido por la carrera de el gato y el ratón más famosos de los dibujos animados: Tom y Jerry.
Mis días de renacuajo adicto a la tele tuvieron siempre a Tom y Jerry ocupando un lugar privilegiado de mis horas en el sillón, e incluso tenía grabado en vídeo un programa especial del 50 aniversario presentado por John Goodman (en serio, mataría por recuperar ese especial, sobre todo porque cuando quedaban dos minutos se acababa la cinta, en un momento de absoluta tensión con John Goodman aterrado ante dos misteriosas siluetas tras el cristal de la puerta). Desde entonces, mi amor por los cortos de esta pareja de amigos/enemigos no ha sido sino en aumento, aprendiendo a apreciarlos como se merece, es decir, como las joyas de la animación que son. He puesto de título a la entrada “Setenta años con Tom y Jerry” porque si Disney saca ediciones “50 aniversario” cuando las películas cumplen cuarenta y ocho, yo también puedo hacerlo.
El primer corto de Tom y Jerry apareció en 1940, hace setenta y un años, y durante veintisiete años más Tom y Jerry aparecieron en las pantallas de cine a una media de cinco cortos anuales. Y durante esos casi treinta años, atravesaron varias etapas y bailaron de un estudio animado a otro, aunque el “MGM presenta” al principio no fallase jamás. Hoy vamos a hacer justicia a esta pareja de genios y a su curiosa historia, que explica por qué el aspecto de Tom variaba tanto de aspecto de un corto a otro, por qué algunos de los cortos estaban en cinemascope y por qué otros parecían un mierda de aspecto perturbador. Todo empezó hace mucho, mucho tiempo, cuando los dibujos animados eran una parte imprescindible de la cultura universal…