¡Orden en la Fuerza, por favor!

“¿Ser o no ser? He ahí la cuestión”. El dilema definitivo del ser humano, tal como lo plasmó el maestro Shakespeare en su inmortal Hamlethace más de cuatrocientos años, ya no es más que palabrería apolillada escrita por algún don nadie que fue tan gilipollas como para morirse. Actualmente es otra pregunta la que ha alcanzado la categoría de dilema universal, de cuestión definitiva para toda persona que quiera reafirmarse como ser autónomo, consciente de sí mismo y de su lugar en la realidad: “¿veo primero la trilogía clásica o la nueva?”. Antes de 2005 no había lugar para la duda; con un agujero en la trama tan gordo por ahí en medio, no tenía sentido ver la saga empezando por el Episodio I, siguiendo con el II y pasando al IV. Pero ahora la duda no está de más. Puede que durante toda la vida nos hayamos tragado sin rechistar las tres películas originales pensando en las precuelas como complementos “a ver más tarde”, pero desde hace poco tenemos la oportunidad de ver toda la historia en orden cronológico, opción que resulta bastante tentadora tras tantos años. A ver qué tal luce la cosa en el orden de la historia, ¿no? Pues no. Yo esta opción del orden cronológico no se la recomiendo a nadie, y mucho menos a aquellos rezagados que sólo ahora están pensando en acercarse curiosos a la Saga Galáctica, aprovechando el reestreno del Episodio I en los cines (con nuevas escenas nunca vistas de Darth Maul tirando piedras al público). Amigo, no lo hagas. Es decir, sí, hazlo, pero antes dedica unos días en tu casas a ver la trilogía clásica, por el amor del Hacedor. Porque como ocurre con tantas cosas en este mundo, puede parecer una decision sujeta a gustos personales cuando no lo es.

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¿Así es como quieres verlas? ¿De verdad? ¿ASÍ?

Hay mil motivos por los que seguir mi consejo y no empezar acercándose a los orígenes del tipo que, como ya sabemos, al crecer se puso a matar niños y ni aun así le dejó la novia. La novia sólo le dejó cuando Anakin dejó de ser el arrebatador rebelde que tontea con el lado oscuro y con las drogas para convertirse en una masa carbonizada sin piernas, así de tonta era la Senadora. Amigos con trabajos potencialmente peligrosos o aficionados a los deportes de riesgo: no os juntéis con Padme, por enamorados que estéis de ella, porque como por cualquier accidente os quedéis tetrapléjicos o con cualquier discapacidad que os haga parcialmente dependientes de los cuidados de otra persona, estáis jodidos. La verás hacer las maletas y coger la puerta tan rápido que no tendréis tiempo ni de expresar desconcierto agitando la silla de ruedas.

Hay mil motivos, repito, pero creo que con cinco motivos escogidos será suficiente para disuadiros de correr al cine (a ver el Episodio I en lugar de esa otra película sobre aviones de combate en la Segunda Guerra Mundial que también hay en cartelera, la misma que George Lucas produce y cuyo fracaso le ha hecho pillar un berrinche de los de “pues ahora dejo el cine, hala”, la misma que podría haber remontado en taquilla sin la competencia de La guerra de las galaxias). Veámoslos.

1) Darth Vader.

Darth Vader, el Darth Vader de casco oscuro, capa y… ¿calzoncillos metálicos? de la trilogía clásica no está concebido para ser visto como un héroe caído. No desde el principio. La trilogía clásica nos trae a un personaje fascinante en cuanto a su evolución a nuestros ojos. A lo largo de tres películas, Vader va adquiriendo matices y ganando en complejidad, y cuando nos queremos dar cuenta, el sicario del Emperador que da vueltas por la Estrella de la Muerte matando gente se ha convertido en una figura trágica, atrapado en un traje que no es sino una metáfora del oscuro influjo que pesa sobre él. Se convierte en el personaje que más nos importa de la trilogía, aquel cuyo destino más nos preocupa. E insisto, todo esto con un tipo que al principio no representa más que el arquetipo del villano de reminiscencias fascistas. Esto es oro cinematográfico. Evoluciones como ésta son las que justifican que una película se convierta en una saga, aparte de ser un prodigio de escritura y de evolución en nuestra propia percepción como espectadores.

Todo esto desaparece si empiezas por la nueva trilogía. No hay evolución en la percepción, no hay desarrollo coherente del personaje. Para empezar, durante las seis películas verías a Anakin, sin más. Y no hay lugar para un enternecido “pobrecito Anakin” mientras ves el Episodio IV. Y para seguir, el retrato del personaje se volvería incoherente y lleno de pasos atrás: del personaje central de la saga en las tres primeras películas (Anakin) retrocedemos al villano arquetípico en la cuarta, y luego volvemos a avanzar hacia el personaje tridimensional. Esto viene a ser cargarse al personaje de Vader.

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«¿Cómo ha llamado a mi Anakin la Leia ésa? ¿Perro con correa? PERO SERÁ PUTA LA HIJA DE SU MADRE.»

2) Agujeros.

Éste es el factor más importante, y en cierto modo engloba a todos los demás. Por mucho que cronológicamente los acontecimientos de la nueva trilogía se desarrollen antes de la trilogía clásica, no podemos huir de la evidencia: las clásicas se rodaron antes. Y esto provoca que ordenarlas según el ostentoso número romano que acompaña a sus nombres llene la saga de escritura errática, vaivenes en la trama y agujeros por doquier. No me refiero, oh fan cansino, a las cosas que no encajan del todo pese a que Lucas dijera que con el Episodio III todo quedaría enlazado, ni al sospechoso retroceso tecnológico que sufre el espacio tras la ascensión del Imperio. Me refiero a cuestiones básicas de guion.

Pongamos que vivimos en una realidad alternativa en la que aún no existen los episodios IV, V y VI. Pongamos que George Lucas lleva durante años prometiéndonos la esperada continuación; pongamos que los fans llevamos años mordiéndonos las uñas por saber cómo sigue la historia que gracias a los episodios I, II y III nos ha hecho soñar, volar y disfrutar (porque no sabemos que se puede hacer mucho mejor). En esta realidad alternativa (en la que, por qué no, George Lucas ha dedicado esos años alejados de la saga a hacer otras películas) hemos asistido por lo tanto a una trilogía de extraña progresión argumental en la que los que en un principio son protagonistas se ven cada vez más ensombrecidos por un personaje que nace como McGuffin (Anakin) y que acaba acaparando toda la trama con sus amoríos, sus porritos de Lado Oscuro cada vez menos ocasionales y sus increíblemente maduros enfados. No hay ningún problema en que un personaje vaya ganando en importancia y matices con las sucesivas entregas, ahí está el Vader clásico como prueba, pero en la trilogía clásica está claramente delimitado quiénes son los protagonistas y quiénes los secundarios, quién es un personaje autónomo y quién un recurso.

La trilogía clásica es sólida en este sentido. La nueva no, en la nueva los personajes se mueven erráticamente, dando bandazos entre el protagonismo y el extra de fondo. No está bien escrita, y eso sólo se pasa por alto habiendo visto antes la trilogía clásica. La nueva como funciona en realidad es a modo de gigantesco flashback. Se ha constuido sobre la base de la trilogía clásica y en consecuencia es altamente dependiente de la trilogía clásica. Ver la nueva antes de la clásica sería estúpido. Uno no coge El padrino y se pone a ver primero los flashbacks del Padrino II con Robert DeNiro, porque no, porque no se debe, porque esos flashbacks han sido concebidos y rodados con la idea en mente de los que los potenciales espectadores ya han visto El padrino I antes. Se aprovecha la carta de que el espectador ya conoce lo que va después, para dar la información de un modo y no de otro. De no haber sido así, de haber elegido Coppola comenzar la saga con la juventud de Vito Corleone, estos momentos habrían sido mostrados de forma distinta a la que conocemos, que no nos quepa duda de eso. ¿Tengo que sacar la pizarra para hacer un esquema? No, ¿verdad? FLASHBACK. FLASH-BACK.

Sé que La guerra de las galaxias no es una saga experimental rodada en Bulgaria y apenas distribuida en dos pegajosos cines porno reconvertidos en salas de versión original, y que todo el mundo sabe de qué va la historia y lo que va a pasar por mucho que se empiece por el episodio I. Pero los agujeros de la nueva trilogía siguen ahí, al igual que el hecho de que ésta se construye en torno a lo establecido en tres películas anteriores, indelebles. Que todo el mundo conozca el cuento de Caperucita Roja no te da carta blanca para hacer una película llena de lagunas en la que Caperucita llega a casa de su abuela y vea en la cama a un lobo que no conoce de nada y que nadie sabe cómo puñetas ha llegado ahí. Por no hablar de ese ermitaño que saldrá de su cueva tras cuarenta años y lo primero que hará será ponerse esa curiosa trilogía compuesta por La amenaza fantasma, El ataque de los clones y La venganza de los Sith. Como no conoce la trilogía clásica, ésta no le va a cuadrar. Y esa debería ser la prueba del algodón.

Esto, en cambio, sigue siendo una mierda las ordenes como las ordenes.

3) Exigencias.

Tengo veinticuatro años. Eso significa que cuando se estrenó el Episodio I tenía once, con lo cual es normal que muchos de mis amigos tuvieran su primer contacto con La guerra de las galaxias cuando se estrenó La amenaza fantasma. Por aquel entonces yo ya tenía bastante quemada la trilogía original (gracias, papá y mamá), así que no pasé por una terrible fase que afectó a muchos de los otros niños que tras flipar en el cine corrieron a buscar las películas antiguas para una dosis extra de alucinancia jedi. Y donde en el Episodio I había espectaculares combates de sable láser ultracoreografiados e interminables, en la trilogía clásica apenas encontrábamos una lucha ortopédica entre dos ancianos que se atacan como si quisieran golpear al otro con una escoba y un par de combates más en los que, como ya sabemos, la espectacularidad no tenía ni la décima parte de la importancia del choque entre caracteres antagónicos y del enfrentamiento emocional. Resultado: “vaya mierda las películas viejas, ¿no?”.

Esto les pasaba a los niños que fueron a ver el Episodio I al cine y desgraciadamente le pasa a un montón de adultos. Ver a un niño decir que la nueva trilogía es mejor que la clásica porque los efectos especiales son mejores y hay más acción y las peleas son más guays puede tener un pase (no para mí, yo grito al niño y me enfado), pero que un adulto diga algo así es lamentable. Y yo lo he visto. Gente de mi edad que prefiere el ruidoso duelo entre Dooku y la versión plasticosa y digital de Yoda antes que el catártico enfrentamiento entre Luke y su padre al final de El retorno del jedi. La nueva trilogía entra por los ojos y ahí se queda. La clásica también entraba por los ojos, por supuesto, pero tenía un fondo lo suficientemente firme y rico como para que los años y los avances en el terreno de los efectos especiales no afectasen a su calidad. Sin embargo, aquí tenemos a gente que como ha visto primero la nueva trilogía, exige a la clásica cosas que no necesita: exige efectos especiales mejores, exige combates a sable láser más largos y espectaculares y más acción. En pocas palabras, exige a la trilogía o-ri-gi-nal que se adapte a otra trilogía que llegó más tarde. Lamentable, sobre todo cuando tienes que aguantar estas gilipolleces de gente de veintitantos. Y por supuesto, todas esas exigencias son superficiales. Ningunas de esas chorradas harían mejor a la trilogía clásica. Es la trilogía nueva a la que habría que exigirle que se adaptara al precedente sentado por la trilogía original, y no sólo por cuestiones de calidad, sino de fidelidad. La guerra de las galaxias es lo que es por la trilogía clásica, y lo que venga luego debería mantener la coherencia con lo ya establecido. Por no hablar de que un espectador educado previamente en la trilogía clásica no se parará a quejarse por banalidades como la sospechosa textura de corchopán del gusano espacial que casi se come al Halcón Milenario, por ejemplo; pero en cambio echará en falta más miga emocional detrás del despliegue digital de La amenaza fantasma.

Qué quieres que te diga, puestos a quejarse, mejor quejarse de la nueva trilogía por cosas razonables que provocar vergüenza ajena al personal echando en falta combates de veinte minutos en El imperio contraataca, sobre todo si ya tienes una edad. Si quieres alucinar te pones el asalto a la Segunda Estrella de la Muerte (porque es alucinante), y dejas que Luke y Vader se enfrenten catárticamente y sin virguerías ante la atenta mirada del Emperador.

Cuando ves primero las nuevas, escenas míticas de las originales como ésta parecen ridículas.

4) Historia del cine.

La guerra de las galaxias se extiende en el tiempo a lo largo de tres décadas de la Historia del Cine. Es inevitable, por lo tanto, que la evolución en la forma de contar historias se refleje en la saga. Es un atractivo añadido que, vale, no es esencial, pero mola igualmente. Del espacio discotequero de La guerra de las galaxias original avanzamos poco a poco a la fantasía sucia genuinamente ochentera representada por Yoda en El imperio contraataca y que se potenciaría aún más en El retorno del Jedi, con ese aura inconfundible a Dentro del laberinto en el diseño de las criaturas. Y cómo no, el ritmo vertiginoso y la aventura ya más terrenal que espacial del Jedi deja ver también la influencia del fenómeno de En busca del arca perdida, estrenada al año siguiente del Imperio. De ahí pasamos al rollito zen/new age que en los noventa empezó a asomar la cabeza en películas de temática extraterrestre como Contact y de la que La amenaza fantasma no pudo escapar; y finalmente terminamos con las rancias alegorías políticas contemporáneas de La venganza de los Sith, tan de moda tras el 11-S.

En el orden en el que fueron rodadas, las películas de La guerra de las galaxias forman un testimonio histórico bastante interesante, son varias formas de abordar la misma aventura espacial. Pero claro, para apreciar eso hay que verlas en el orden en el que fueron rodadas.

Y esto debe testimoniar algún tipo de crisis repentina en el sector audiovisual en 1978.

5) Calidad.

Como empieces por el Episodio I no habrá quien te convenza de seguir adelante. ¡Gracias, amado público!

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¡Sí, pero si tusa ve primero las nuevas, tusa se alegra luego de que misa no salga en las otras!

16 comentarios en “¡Orden en la Fuerza, por favor!

  1. Jo, al final se me ha hecho hasta corta la entrada.

    Me gustaría pensar que esos mismos niños que ahora dicen, y con razón (porque son niños), que les gustan más las precuelas comprenderán con los años que la trilogía original es infinitamente superior en lo que a historia y desarrollo de personajes se refiere. Lo mismo me pasó a mí con las propias películas que integran la trilogía original. La que menos me gustaba y más aburrida me parecía cuando era un crío es la que más me gusta ahora.

    Por cierto, una pregunta: cuando añades ese texto tan chisposo al póster de «Star Wars: The Clone Wars», ¿lo haces por aversión a la película que precedió a la serie o por la serie en sí? La película es indiscutiblemente bochornosa, pero al menos la serie es más fiel al estilo de la trilogía clásica y los personajes están mejor definidos. A mí me gusta, vamos.

    1. Coñe, qué bonito cuando te dicen que la entrada ha parecido corta. ¿Cuál es tu favorita pues? ¿Imperio? Yo soy de Imperio. Sí, lo sé, obvio, pero es la verdad.

      Va por la peli, que fui a verla AL CINE. La serie apenas la he olido, paso muy mucho de ella.

      1. Imperio, sí.

        Sin embargo, entre la primera y Jedi nunca me decido. El rancor y, sobre todo, el duelo final con Vader suelen inclinar la balanza hacia la última de la trilogía; pero Han pierde algo de carácter con los años y eso le resta puntos.

      2. Yo soy más del IV, pero por muyv poquito. JEDI tiene los que seguramente serán mis dos momentos favoritos de la saga, o al menos los mejores en lo suyo (el duelo Vader/Luke me parece el mejor combate a sables de la saga, y el asalto a la Estrella de la Muerte II la escena espacial más emocionante y mejor rodada), pero en conjunto el IV me parece más equilibrado y más sólido en el guion. Y eso que en mi vida he sido (ni seré) anti-ewok.

        Me gusta el pensamiento sobre Han, nunca lo había pensado. El amollll, que degrada a cualquiera.

  2. Que la lectura de un texto tan largo se me haya pasado rápido es algo bueno, muy bueno.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo, y me he sentido profundamente identificado en algunos párrafos con lo que dices, sobre todo en aquel en el que describes como gente adulta se queja de la trilogía clásica porque los efectos especiales son «peores». De hecho, después de muchos años de estar aguantando a las mismas personas con las que vi episodio I, y que aún a día de hoy, más de diez años después, sigan en sus 13 (nunca mejor dicho), he decidido darlos como casos perdidos; darles la razón como a los tontos cuando pienso lo contrario, y fin de cuentas. Y ojo, que lo que pasa con Star Wars también se extiende a remakes de películas de terror. Cuando escuché a un tipo decir que «Pesadilla en Elm Street» (el remake, se entiende) mola más que el original porque es más realista, una parte de mí perdió la fe en la humanidad (un poco más).

    Lo mismo he aprendido respecto a la trilogía nueva: prefiero ignorarla. Y ojo, que en su día me encantaba, como a todo chaval adolescente al que le pones una peli llena de efectos especiales, jedis saltarines (como les odio), y demás, pero hoy en día me parece un coñazo… ¡Pero un coñazo…! Que no sé ni definir.

    En fin, la verdad es que, a pesar de que hayan salido nuevas ediciones en Blu-ray, yo me sigo quedando con los VHS originales, sin retocar, con hombres lobo en la cantina y el Jabba humano. Y, en resumidas cuentas, sin momentos que me hagan sentir una profundísima vergüenza ajena ante lo que estoy viendo. Que de eso, la nueva trilogía, anda sobrada.

    Un saludo.

    1. En realidad no soy tan anti-nueva trología como quizá pueda dar a entender la entrada. Pero claro, en comparación con las pelis originales es que pierde por cien cabezas.

      No sé cómo puedes fingir ante los idiotas que piensas igual que ellos. Yo me QUEMARÍA por dentro y no tardaría ni cinco minutos en dejar la farsa. Por cierto, la escena con el Jabba humano nunca se llegó a incluir en ningún montaje de la peli; de hecho uno de mis mayores alabanzas a la trilogía sin retoques es la ausencia de Jabba hasta JEDI, y lo mucho que me gusta que se le mencione como una misteriosa amenaza a la que no llegamos a ver hasta la tercera película. Así, la fuerza del personaje cuando finalmente le vemos es mayor. Su inclusión en la edición del 97 del episodio IV me parece un atentado, de mis cambios más odiados.

      Pd.: Pues esta entrada es de las cortas… Si vieras las otras…

      1. Continúe haciendo entradas así. Aunque sea la primera vez que comente (no recuerdo haber comentado antes, aunque nunca se sabe) hace como más de un año que le leo. Entradas tan largas, interesantes e informativas como las de los Simpson y, sobre todo, la de Tom y Jerry se agradecen sobremanera.

        ¿En serio? Pues entonces o tengo un recuerdo mal, o yo que sé, pero creía que Jabba salía en la trilogía clásica como un hombre que vestía de negro, entre otras lindezas que ya no salen, como el mencionado hombre lobo, en pos de otras más ridículas (ese baile de la alienígena de los labios en «El retorno del jedi», que vergüenza ajena me provocó cuando las volví a ver en compañía de mi padre…)

        Si a fin de cuentas pienso lo mismo que tú (aunque quizás me haya expresado mal). No odio a muerte la nueva trilogía, no soy de los que dicen cada dos por tres lo de «¡George Lucas ha violado mi infancia!» Para unos pocos visionados aún me resultan entretenidas, con sus más y sus menos; pero, lo que tú dices: en comparación a la original es que no hay color, ¡no hay color!

        Y bueno, una farsa que no dura más de medio minuto no hace daño a nadie. Con esto creo que ya digo lo mucho que me importan esas personas, a esos, como dije antes, casos perdidos XD.

      2. La escena aquella del Jabba humano quizá la has visto en youtube, porque anda por ahí y yo la recuperé para una entrada antigua; pero en la película nunca ha estado. Jabba fue un personaje nombrado pero no visto durante el IV y V hasta que llegço la edición especial del 97.

        La escenita del bicho de los labios es… chocante en su versión original, pero tampoco parece tan fuera de lugar en el palacio de Jabba, rodeado de semejante chusma espacial. Es chocante, I say, pero joder, es que su equivalente de la edición especial me hace sufrir en serio, sobre todo cuando veo la peli con gente. Ese horrendo bicho digital (digital de mediados de los noventa), esa canción humillante, esos primeros planos grotescos de los bichos cantando…

        Y gracias por la parte que me toca; lo que pasa es que para sentarme a escribir tochos como el de Tom y Jerry tengo que tener muuuuchas ganas; ganas de escribir, de buscar vídeos, de subirlos a youtube de nuevo si no rulan bien, de… En fin, mucho curro. Pero aquí estoy, preparando ya otra entrada de esas kilométricas y exhaustivas, a saber si para dentro de una semana o de cuatro.

        Uau, Peter Cushing.

  3. Estimado Miguel Roselló aquí me tienes de nuevo. Primero que nada, te quiero felicitar nuevamente por tu manera tan «digerible» de escribir porque dejas en el lector ganas de seguir leyendo más y más.Te sugiero que elabores un Volumen dos de esta entrada, donde analices por ejemplo como se cargan a Yoda y todas sus enseñanzas en la nueva saga,
    Tantas cosas que yo puedo decir de la primera trilogía, es sublime, mágica y demás objetivos positivos que pueda tener.
    Yo tengo 28 años de edad y mi primer contacto con «La Guerra de las galaxias» fue en 1997, cuando fui al cine a ver las versiones restauradas. Al año siguiente, un conocido me prestó unos VHS que contenían las versiones originales de cine, ahí fue cuando realmente me atrapó la Saga.
    Después en 1999 fui a ver el episodio 1 el día del estreno. Cuando la película terminó salí completamente decepcionado pues había muchas cosas que no eran coherentes en la historia; como la aparición de R2D2 y C3PO y demás cosas infantiloides, como la rana parlante.
    Después en 2004 salió a la venta la trilogía clásica en DVD, por supuesto la adquirí, aunque un poco desilusionado porque se trataba de nueva cuenta sólo de las versiones restauradas.
    Años más tarde salió un paquete que incluia la versión restaurada y la inalterada. Ahí pensé ¡Ya la hice! por fin voy a tener lo que yo quiero. Que equivocado estaba, para empezar la versión inalterada venía en un horrendo formato 4.3 y únicamente con pista de audio en inglés, Pues era un «Regalo».
    Por otra parte es importante mencionar que hasta el 2000 las versiones de Star Wars que pasaban en la tele abierta de MéxicoEran las originales con doblaje CASTELLANO. Por esa razón me imaginé que los DVDs en cuestión, traerían esa pista de audio en español, Las voces eran geniales. Tiempo después me enteré que dicha versión con ese doblaje, se vendió en Europa, pero el costo fue prácticamente impagable alrededor de €400.
    Ahora que salieron los Bluray, ni siquiera me acerqué a verlos, más aún, sabiendo de los horrorosos cambios con que cuentan como el NOOOOOOOOOOO Reloaded de Vader, el gritillo de Ben Kanobi y demás porquerías. Por último comentar que mande una carta en STAR WARS COM donde en pocas palabras les dije lo siguiente: «si lo que quieren es que compremos su trilogía arreglada, así como la trilogía de precuelas para que por un precio exorbitante nos dejen adquirir un paquete de 12 discos que contenga la trilogía original inalterada, hay muchos fans como un servidor que gustosos gastarían hasta $200 por poseer la SAGA en las condiciones en las que nos la merecemos, QUEREMOS LA ORIGINAL EN VERSION 16.9».Siempre pensé que era más lógico, el aber rodado los episodios VII VIII y IX.

    1. Me limitaré a decir que ni tengo ni quiero la trilogía en bluray. Creo que la línea que separa lo tolerable de lo intolerable se traspasó definitivamente con el pack bluray, estando ya algunas ediciones anteriores bordeando la frontera.

      Oh, y cómo no, gracias por la parte que me toca.

  4. que la trilogia clasica es mucho mejor que la nueva es evidente. que hay que verlas en orden de produccion tambien lo es. y que este post es cojonudo, pues tambien.
    PERO. la trilogia moderna no es mala. el episodio I es bastante mediocre, cierto, y aun asi hay buenos momentos. el episodio II es muy disfrutable, a pesar de varios fallos de peso. y el episodio III… me parece mejor que el retorno del jedi. admitamoslo, salvo por la soberbia parte que concierne a vader y luke, es bastante infantiloide.
    en cualquier caso las dos primeras (episodios IV y V quiero decir…) son dos OBRAS MAESTRAS como la copa de un pino. y eso que no empece a interesarme por la saga hasta la venganza de los sith, fijate…

    1. Yo creo que las críticas al infantilismo de JEDI son desproporcionadas. Los ewoks no devoran todo cuanto hay en pantalla, ni restan contundencia a los demás personajes ni lo que hacen. Sobre todo creo que compararlo con el episodio III no lleva a nada, porque la forma de SITH de entender lo que es «maduro y oscuro» es muy banal y superficial como él solo. Me parece muy burdo poner a Anakin a matar niños para demostrar que «eh, esto ya es un episodio muy oscuro». Oscuridad compleja, maravillosa y sin atisbo de banalidad es la del Imperio, y ahí nadie necesita ponerse gore.

  5. ¡¡JA!!, yo tengo 23 para 24 y vi primero la trilogía original cuando tenia siete años. Mis padres compraron un pack de la trilogía en VHS y aunque cuando salió la nueva trilogía me entretuve en el cine, siendo Ewan McGregor el único actor que da la talla haciendo una muy buena interpretación, el resto solo son pasables…

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